Memoria extraída de la web Roman y Canivell Arquitectos

El proyecto propone la intervención, mediante rehabilitación del edificio de la Estación de San Bernardo, en desuso desde el año 1991. El objetivo es reutilizar la construcción existente sin destruir su esencia, y dotar de una nueva vida al edificio y su entorno. Regenerar el espacio libre, en la actualidad difícilmente conviven peatones y automóviles en un espacio urbano no ordenado. La demanda de aparcamiento hace necesaria la implantación de un aparcamiento subterráneo, que, además, resuelva las necesidades del Mercado de la Puerta de la Carne. Dotar de equipamientos locales a una zona, hasta ahora impersonal, desordenada y desabastecida, entre el centro histórico y el barrio de San Bernardo.

La superficie de intervención bajo rasante no invade el área de la antigua estación. El perímetro respeta el acerado existente y su arbolado, pero propone una geometría regular que ayuda a ordenar el espacio público en la superficie. Sobre dicho espacio la plaza de nueva creación propone revitalizar el espacio público mediante una ordenación con elementos claros y de suficiente entidad, que buscan generar una imagen reconocible desde la Avenida de Cádiz.

El mercado se ubica en la planta baja del edificio de viajeros, se propone con acceso independiente al Centro Deportivo. Con la disposición de los puestos a lo largo del edificio de viajeros, se busca dar una imagen actual y atractiva mediante el tratamiento del espacio interior. Los puestos se revestirán de paneles compactos acabado madera, conformando los altillos de almacenamiento grandes cajas de madera, que parecen estar suspendidas en el espacio.

Respecto al centro deportivo, la propuesta busca la incursión de los viandantes al espacio interior de la nave, dejando que sea un espacio cubierto público que se puede atravesar. Se proyecta un contenedor que nace exento desde la planta sótano y cuya planta baja de vidrio tratado nos permite vislumbrar la fachada interior del Edificio de Viajeros desde la calle. En la planta superior se reviste de vidrio tintado y reflectante para reflejar la antigua Estación, su fachada a la zona de andenes.

El nuevo edificio vestiría su fachada con los reflejos del antiguo. El contenedor discurre en zigzag por la nave, acercándose y alejándose de la fachada del Edificio original, generando diferentes perspectivas, y distorsionando los reflejos en su fachada por esos ángulos.

Desde el punto de vista energético, es reseñable el ahorro que se produce al aprovechar una envolvente existente, dado que la carga térmica en la nueva fachada en verano se reduce.